30 jun 2008
Que grande Iker!
La gran actuación de Iker Casillas ha generado un movimiento, respaldado Mahou (una cervecería de España), para "crear una plataforma que exija al Ayuntamiento de Móstoles (su ciudad natal) que le ponga una calle, una plaza, un parque o una avenida a la madre que parió a Casillas". 'Calle de la madre que parió a Casillas' es el nombre que piden tenga como homenaje "a la persona que hizo que se convirtiera en el mejor portero del mundo".
Para conseguir su objetivo, en los próximos días organizarán varios eventos y acciones solicitando la adhesión de la gente a través del sitio http://www.calledelamadrequeparioacasillas.com, donde ya se han juntado casi seis mil firmas.
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Se salvaron, Dancho
Dejo la nota de Olé:
El título más esperado
Los jugadores festejaron la permanencia en la A como un campeonato. Como en el 2001, hubo alivio, lágrimas, y camisetas a la tribuna. "Tuvimos suerte que nos faltó en todo el torneo", se desahogó Matías Sánchez.
NICOLAS MONTALA | nmontala@ole.com.ar
Pocas sensaciones resultan tan placenteras como la de la descarga. Es difícil de explicarla: hay que vivirla. Y los jugadores de Racing lo saben. Por eso ahí están todos los protagonistas todos. Apiñados frente a la popular abarrotada de gente. Saltan sin parar, mandan a la Promoción a "la puta que la parió", no desvían su mirada de esa muchedumbre. Se besan, se abrazan, se miran a los ojos de júbilo. Como no pueden arrojarse a la tribuna, entonces deciden despojarse de su ropa, hacerla un bollo y lanzarla a la gente como premio por tanto aliento. Vuelvan camisetas y pantalones varios. Es un efecto dominó. Lo hacen casi todos. La mayoría se queda en cuero, apenas en calzoncillos. No fueron hinchas los que invadieron la cancha: ellos solitos tuvieron la reacción espontánea de retribuir un aguante que conmovió al cemento del Cilindro.
Los físicos se aflojaron por fin. Los nervios se derritieron. Se apagó la electricidad. La tensión, insoportable tensión, una tarde dejó de maltratarlos. Esa terrorífica posibilidad de perder la categoría, ese calvario llamado Promoción, esa angustia que les carcomió la cabeza durante gran parte del torneo... Todas las miserias con las que convivió el plantel de Racing se fueron a la basura. Los jugadores estaban obsesionados con poder tragar saliva sin que les doliera el estómago. Y un día se sacaron la pesadumbre. Y celebraron como si fueran campeones, pero campeones del desahogo. Y tuvieron ganas de abrazarse a cada uno de los 40.000 hinchas, de agradecerles por semejante respaldo, de compartir esas lágrimas que nacían en el corazón y fluían por todas partes.
Los futbolistas esperaban sacarse la espina frente a Colón y esquivar la Promo. El sufrimiento, maldito, se prolongó. En santa Fe volvieron los llantos en un plantel que lloró mucho en los últimos dos meses por la sucesión de frustraciones. Padecieron los grandes, aunque más aún esos juveniles que no estaban preparador psicológicamente para sobrellevar tanta presión. "Los chicos somos los que más lloramos", contó Maxi Moralez la semana pasada. Los grandes (Sava, Chatruc, Estévez y Campagnuolo, entre otros) intentaron apuntalarlos anímicamente, pero hasta a ellos les costó sacar fuerzas. "Estamos muy contentos. Les quiero agradecer a todos mis compañeros por esto, porque vivimos muchas cosas en este semestre", dice el Chanchi en pleno campo de juego.
"La gente merecía que dejáramos todo en la cancha", lo sigue Franco Sosa mientras lagrimea. "Tuvimos la suerte que nos faltó durante todo el torneo", sintetiza Matías Sánchez. "Más que festejo, esto fue un desahogo. La pasamos muy mal en este campeonato. ¡Por fin un alivio!", disfruta Mercado. Y al mismo tiempo que ellos hablan, Martínez Gullotta corre unos 50 metros alrededor de la cancha y se toma las partes íntimas para reconocerle a los hinchas los huevos que demostraron en las mala con tanto apoyo.
Otro pergamino. Aunque una copa más no adornará las vitrinas, Racing conquistó el título simbólico de la descarga. No hubo vuelta olímpica, no. Así y todo, el aroma fue similar al que flotó tras aquel histórico 1 a 1 sobre Vélez, en Liniers, lo que le permitió a Racing ser campeón en el Apertura 01 después de 35 años. Al Chocho Llop no le harán una estatua por esto. Pero los este grupo ganó su campeonato tan particular.
Y adiós a los miedos.
Y el video ilustrativo:
El título más esperado
Los jugadores festejaron la permanencia en la A como un campeonato. Como en el 2001, hubo alivio, lágrimas, y camisetas a la tribuna. "Tuvimos suerte que nos faltó en todo el torneo", se desahogó Matías Sánchez.
NICOLAS MONTALA | nmontala@ole.com.ar
Pocas sensaciones resultan tan placenteras como la de la descarga. Es difícil de explicarla: hay que vivirla. Y los jugadores de Racing lo saben. Por eso ahí están todos los protagonistas todos. Apiñados frente a la popular abarrotada de gente. Saltan sin parar, mandan a la Promoción a "la puta que la parió", no desvían su mirada de esa muchedumbre. Se besan, se abrazan, se miran a los ojos de júbilo. Como no pueden arrojarse a la tribuna, entonces deciden despojarse de su ropa, hacerla un bollo y lanzarla a la gente como premio por tanto aliento. Vuelvan camisetas y pantalones varios. Es un efecto dominó. Lo hacen casi todos. La mayoría se queda en cuero, apenas en calzoncillos. No fueron hinchas los que invadieron la cancha: ellos solitos tuvieron la reacción espontánea de retribuir un aguante que conmovió al cemento del Cilindro.
Los físicos se aflojaron por fin. Los nervios se derritieron. Se apagó la electricidad. La tensión, insoportable tensión, una tarde dejó de maltratarlos. Esa terrorífica posibilidad de perder la categoría, ese calvario llamado Promoción, esa angustia que les carcomió la cabeza durante gran parte del torneo... Todas las miserias con las que convivió el plantel de Racing se fueron a la basura. Los jugadores estaban obsesionados con poder tragar saliva sin que les doliera el estómago. Y un día se sacaron la pesadumbre. Y celebraron como si fueran campeones, pero campeones del desahogo. Y tuvieron ganas de abrazarse a cada uno de los 40.000 hinchas, de agradecerles por semejante respaldo, de compartir esas lágrimas que nacían en el corazón y fluían por todas partes.
Los futbolistas esperaban sacarse la espina frente a Colón y esquivar la Promo. El sufrimiento, maldito, se prolongó. En santa Fe volvieron los llantos en un plantel que lloró mucho en los últimos dos meses por la sucesión de frustraciones. Padecieron los grandes, aunque más aún esos juveniles que no estaban preparador psicológicamente para sobrellevar tanta presión. "Los chicos somos los que más lloramos", contó Maxi Moralez la semana pasada. Los grandes (Sava, Chatruc, Estévez y Campagnuolo, entre otros) intentaron apuntalarlos anímicamente, pero hasta a ellos les costó sacar fuerzas. "Estamos muy contentos. Les quiero agradecer a todos mis compañeros por esto, porque vivimos muchas cosas en este semestre", dice el Chanchi en pleno campo de juego.
"La gente merecía que dejáramos todo en la cancha", lo sigue Franco Sosa mientras lagrimea. "Tuvimos la suerte que nos faltó durante todo el torneo", sintetiza Matías Sánchez. "Más que festejo, esto fue un desahogo. La pasamos muy mal en este campeonato. ¡Por fin un alivio!", disfruta Mercado. Y al mismo tiempo que ellos hablan, Martínez Gullotta corre unos 50 metros alrededor de la cancha y se toma las partes íntimas para reconocerle a los hinchas los huevos que demostraron en las mala con tanto apoyo.
Otro pergamino. Aunque una copa más no adornará las vitrinas, Racing conquistó el título simbólico de la descarga. No hubo vuelta olímpica, no. Así y todo, el aroma fue similar al que flotó tras aquel histórico 1 a 1 sobre Vélez, en Liniers, lo que le permitió a Racing ser campeón en el Apertura 01 después de 35 años. Al Chocho Llop no le harán una estatua por esto. Pero los este grupo ganó su campeonato tan particular.
Y adiós a los miedos.
Y el video ilustrativo:
22 jun 2008
Día D
Si hoy no gana Racing no solo jugamos la promoción, sino que también me voy a la B en el estudio y en mi vida.
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Reflexiones
20 jun 2008
13 jun 2008
Cantalo, cantalo, cantalo!
Muy gracioso el "discurso" de Chavez festejando la victoria de la Vinotinto a Brasil... Encima relata!
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Otro encuentro con famoso
Ayer camino a inglés, a las 8:30 de la mañana (zzz), en el bar de la esquina de mi casa (que en los últimos años, cada vez se está haciendo más importante y/o elitista), vi a Fernando "Coco" Silly desayunando unas facturas y leyendo el periódico matutino.
Un grande.
5 jun 2008
El hombre-tanque de Tiananmen
Dejo un artículo bárbaro que encontré en elmundo.es
3 de junio de 2008.- Avenida de Changan de Pekín. Cinco de junio, 1989. Los tanques han aplastado la revuelta estudiantil en las últimas 48 horas y los hospitales están desbordados ante el número de heridos. Algunos han perdido las piernas, aplastadas bajo los tanques. La rebelión ha muerto para todo un pueblo, menos para él.
¿Quién es?
Lleva un pantalón negro, camisa blanca y dos bolsas de plástico, como si viniera de la compra. Una fila de tanques T-59 trata de avanzar por la principal avenida de la ciudad, pero él se antepone y logra frenar su avance.
¿Quién es?
El primer tanque trata de esquivarlo y él se desplaza hacia un lado para ponerse de nuevo delante. Se sube al tanque y habla con el soldado que quiere avanzar, quizá tiene prisa por seguir disparando contra jóvenes desarmados. Aseguran que le dijo: "Vete, da la vuelta y deja de matar a mi gente".
¿Quién es?
Nadie lo sabe. Han pasado 19 años y sigue siendo simplemente el 'hombre tanque'. 'El rebelde desconocido'. 'El héroe de Tiananmen'. Si está vivo, quizá alguien le haya contado que fue nombrado por la revista Time uno de los '100 personajes más influyentes del siglo XX' y que su acción ha inspirado revueltas desde Indonesia a Ucrania. Pero no ha aparecido para reclamar su premio o recibir los aplausos. Unos los sitúan viviendo en el anonimato en alguna parte de la China rural, otros en el exilio de Taiwán y la mayoría bajo tierra, su osadía concluida de un disparo en la nuca.
¿Quién es?
Me gustaría preguntarle qué se siente cuando se actúa convencido de que un principio está por encima de la vida propia, si tenía miedo o éste había desaparecido engullido por la magnitud de aquella injusticia. ¿Acaso creíste que podías, tú solo, frenar al mayor Ejército del mundo, derrocar a la dictadura y devolver la vida a los caídos?
Tanques contra personas: parece desigual y lo es. Fuerza contra ideas. Parece injusto pensar que se pueda imponer la primera, pero ocurrió. Cientos de miles de estudiantes y ciudadanos de a pie dijeron basta al régimen comunista chino, tomando ese millón de metros cuadrados de historia que es la plaza de Tiananmen. Atrincherados, un grupo de líderes despóticos se vio en la encrucijada de perder el poder o disparar a su propia gente. Eligieron la segunda opción. El delito de las víctimas: haber osado enarbolar la bandera de la libertad.
China ha vivido desde entonces una transformación sin precedentes, ha sacado de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes y empieza a ocupar el sitio que merece entre las potencias del mundo. Pero Tiananmen sigue importando porque es el símbolo de lo que no ha cambiado en todo este tiempo: pensar diferente, y sobre todo hacerlo en voz alta, se paga todavía con la cárcel.
"No fueron miles sino unos pocos cientos los muertos de Tiananmen", llevan años repitiendo los siempre comprensivos apologistas de una dictadura que nos les afecta directamente. Bien, fueron cientos pues. ¿Es eso más aceptable? "Gracias al régimen y su intervención, China es hoy el milagro económico que es", insisten. Más bien a su pesar, pensamos los que creemos que el mérito es del pueblo chino y no de un grupo de dictadores que cada cinco años se reeligen a sí mismos en el nombre de un comunismo que ha desaparecido.
Y parece legítimo preguntarse si volverían a sacar a los tanques en caso de que vieran amenazadas sus prebendas. Quizá un hombre sin nombre, recién llegado de la compra, se pondría frente a ellos para recordarles que hay cosas que no se pueden matar. Ni siquiera con tanques. Aquí estamos, 19 años después, y el héroe de Tiananmen sigue vivo, símbolo imperecedero de la lucha por la libertad y contra la opresión.
¿Quién es?
Importa más qué hizo.
3 de junio de 2008.- Avenida de Changan de Pekín. Cinco de junio, 1989. Los tanques han aplastado la revuelta estudiantil en las últimas 48 horas y los hospitales están desbordados ante el número de heridos. Algunos han perdido las piernas, aplastadas bajo los tanques. La rebelión ha muerto para todo un pueblo, menos para él.
¿Quién es?
Lleva un pantalón negro, camisa blanca y dos bolsas de plástico, como si viniera de la compra. Una fila de tanques T-59 trata de avanzar por la principal avenida de la ciudad, pero él se antepone y logra frenar su avance.
¿Quién es?
El primer tanque trata de esquivarlo y él se desplaza hacia un lado para ponerse de nuevo delante. Se sube al tanque y habla con el soldado que quiere avanzar, quizá tiene prisa por seguir disparando contra jóvenes desarmados. Aseguran que le dijo: "Vete, da la vuelta y deja de matar a mi gente".
¿Quién es?
Nadie lo sabe. Han pasado 19 años y sigue siendo simplemente el 'hombre tanque'. 'El rebelde desconocido'. 'El héroe de Tiananmen'. Si está vivo, quizá alguien le haya contado que fue nombrado por la revista Time uno de los '100 personajes más influyentes del siglo XX' y que su acción ha inspirado revueltas desde Indonesia a Ucrania. Pero no ha aparecido para reclamar su premio o recibir los aplausos. Unos los sitúan viviendo en el anonimato en alguna parte de la China rural, otros en el exilio de Taiwán y la mayoría bajo tierra, su osadía concluida de un disparo en la nuca.
¿Quién es?
Me gustaría preguntarle qué se siente cuando se actúa convencido de que un principio está por encima de la vida propia, si tenía miedo o éste había desaparecido engullido por la magnitud de aquella injusticia. ¿Acaso creíste que podías, tú solo, frenar al mayor Ejército del mundo, derrocar a la dictadura y devolver la vida a los caídos?
Tanques contra personas: parece desigual y lo es. Fuerza contra ideas. Parece injusto pensar que se pueda imponer la primera, pero ocurrió. Cientos de miles de estudiantes y ciudadanos de a pie dijeron basta al régimen comunista chino, tomando ese millón de metros cuadrados de historia que es la plaza de Tiananmen. Atrincherados, un grupo de líderes despóticos se vio en la encrucijada de perder el poder o disparar a su propia gente. Eligieron la segunda opción. El delito de las víctimas: haber osado enarbolar la bandera de la libertad.
China ha vivido desde entonces una transformación sin precedentes, ha sacado de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes y empieza a ocupar el sitio que merece entre las potencias del mundo. Pero Tiananmen sigue importando porque es el símbolo de lo que no ha cambiado en todo este tiempo: pensar diferente, y sobre todo hacerlo en voz alta, se paga todavía con la cárcel.
"No fueron miles sino unos pocos cientos los muertos de Tiananmen", llevan años repitiendo los siempre comprensivos apologistas de una dictadura que nos les afecta directamente. Bien, fueron cientos pues. ¿Es eso más aceptable? "Gracias al régimen y su intervención, China es hoy el milagro económico que es", insisten. Más bien a su pesar, pensamos los que creemos que el mérito es del pueblo chino y no de un grupo de dictadores que cada cinco años se reeligen a sí mismos en el nombre de un comunismo que ha desaparecido.
Y parece legítimo preguntarse si volverían a sacar a los tanques en caso de que vieran amenazadas sus prebendas. Quizá un hombre sin nombre, recién llegado de la compra, se pondría frente a ellos para recordarles que hay cosas que no se pueden matar. Ni siquiera con tanques. Aquí estamos, 19 años después, y el héroe de Tiananmen sigue vivo, símbolo imperecedero de la lucha por la libertad y contra la opresión.
¿Quién es?
Importa más qué hizo.
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Efemerides,
Un cacho de cultura
4 jun 2008
Asunto feminista
Siempre se dice, y casi siempre con razón, que vivimos en un mundo machista. Uno de los ejemplos más comunes es el de que si una mina está con muchos hombres es una trola, y si un tipo anda con doscientas mujeres es un fenómeno.
Ahora bien, encontré un tema sobre el cual el mundo tiene una visión feminista: es el inodoro. Sí, señores, cuando un hombre deja la tapa del inodoro subida es un desconsiderado, no piensa en el otro. Se asume que la tapa del inodoro hay que dejarla baja (al menos la primera). ¿Y por qué es así, en realidad? Las mujeres necesitan la tapa baja, nosotros subida, ¡perfectamente podría estar mal visto que las mujeres no suban la tapa al finalizar!
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