27 feb 2007

Pefiles de Dale gas!: Fernando "Chiche" Niembro


Al fin me cree un usuario, luego de usurparle el mismo a maxi desde los comienzos del blog. Para empezar el nuevo usuario con el pie derecho, realicé una investigación acerca de un hombre amado y odiado, controversial y por sobre todo un personaje muy contradictorio...

Antes de comenzar, por si no conocen a don Niembraaa... les dejo su blog: http://fernandoniembro.blogspot.com/
Les confieso que la investigación previa me llevó a enterarme que "Chiche" llevó a cabo la escritura de su autobiografia titulada: "Yo soy el Chiche" que fue editada por la editorial De la flor en el año 2001 (que pais generoso). Llegado este punto prefiero transcribirles la feroz critica del redactor de Pagina 12 acerca de esta autobiografia:
Curriculum vitae
TestigoFernando NiembroAtlántidaBuenos Aires, 2001240 págs. $ 15

por Santiago Rial Ungaro:
“Yo soy el Chiche”, anuncia desde el inicio de su autobiografía Fernando Niembro, como si ese dato nos sirviera para entender algo fundamental: él, uno de los periodistas “más reconocidos del mundo del deporte”, salió de un conventillo y aún hoy, a pesar de su éxito y su fama como voz y rostro de TyC Sports sigue siendo un hombre “humilde” que no duda, en el mismo párrafo inicial del libro, en compararse (vaya uno a sabe por que razón), con Jorge Luis Borges: “Me piden más autógrafos en un mes que a Borges en toda su vida. Seguramente seré olvidado antes que él, pero habré proporcionado miles de veces más felicidad que él a los humildes, Yo soy de los humildes. Y del olvido”. Hecha esta aclaración, los inicios de su historia personal buscan dejar bien en claro su linaje peronista: hijo del sindicalista metalúrgico Paulino Niembro, Fernando nos quiere convencer de que, en la división maniqueísta de las personas que traza (los buenos son peronistas, los malos son todos los demás), él estuvo, desde siempre, por historia y por “humildad”, del lado de los buenos. En las 238 páginas en las que Niembro repasa sus 56 años de vida no hay prácticamente ninguna crisis y, en consecuencia, tampoco hay ningún crecimiento personal. Salvo, claro está, su indudable y constante crecimiento profesional. Su discurso (una enumeración de hechos en los que siempre cae bien parado por su carácter y su personalidad “controvertida hasta la médula”) sigue siempre en esta tónica, siguiendo un ameno orden cronológico del que se desprende un impresionante curriculum vitae, apenas condimentado con algún que otro dato personal (nacimientos y muertes, con frases dignas del boletín informativo), algunos consejos (“Lo más importante en esta profesión...”) y, tal vez lo mejor de todo el libro, minimalistas descripciones que, en general, se limitan a sus preferencias políticas (“era un buen hombre... y peronista”) o a la relación de cada personaje con el arte culinario (“era un hombre de buen comer y buen beber” o “un verdadero portento en la cocina”). El interés de este libro pasa entonces por la enumeración de algunas anécdotas que tienen como protagonistas a figuras públicas del deporte, la política y el periodismo. Así aparecen los nombres de Augusto Vandor, Carlos Menem, Diego Maradona, Juan Alberto Badía, Carlos Bilardo, César Luis Menotti, Daniel Passarella, Martín Balza, Eduardo Bauzá, Bernardo Neustadt, Carlos Avila, Víctor Hugo Morales, Alfio Basile y otros personajes famosos que, teóricamente, tendrían que justificar un libro en el que la voz de Niembro decide contar impresiones y hacer zapping con los hechos sin intentar profundizar en ningún momento ninguna de sus experiencias. De su estrechísima relación con Carlos Salvador Bilardo, ahora también lanzado a las arenas del circo político (donde tal vez las agujas se conviertan en lanzas) poco y nada se menciona, así como tampoco de sus muchos enfrentamientos con el carismático y verdaderamente polémico César Luis Menotti, a quien intenta descalificar por la dirección de la Selección Nacional de Fútbol durante la dictadura. Las omisiones están a la orden del día en este testigo autista: tampoco merece ningún comentario (salvo un par de elogios) la influencia de TyC Sports en el fútbol argentino, cuyo monopolio ya es absolutamente evidente.Aunque hubiera sido absurdo pretender de Niembro alguna de las sabias reflexiones que el gran Dante Panzeri compiló en Dinámica de lo impensadoo Burguesía y gangsterismo en el deporte, resulta simplemente vergonzoso leer que, para el famoso periodista especializado en fútbol, este apasionante y complejísimo juego sobre el que hay tantas teorías, éticas y estéticas siempre fue “una excusa en nuestras vidas, una maravillosa y gratificante excusa en nuestro camino de periodistas, que nos permitió crecer, aprender y disfrutar”.Ya sobre el epílogo del libro surgen las dudas más sombrías sobre los objetivos de este testigo que, haciendo del autismo un estilo periodístico, se define como “el testigo de sí mismo”. Hubiera sido más interesante y lógico, sobre todo teniendo en cuenta que el fútbol para Niembro sólo fue una excusa, que estas páginas hubieran sido dedicadas a investigar la historia de su padre Paulino, el sindicalista mítico del que sólo queda una imagen de prófugo fantasmal. Tampoco habría estado mal que explicara cuál es la continuidad ideológica y política entre el peronismo que mamó de chico y el menemismo que lo tuvo como protagonista, en su labor como secretario de Prensa de la Presidencia de la Nación, experiencia que dejó dando un portazo al ver lo poco que lo respetaban a Menem los integrantes de su gabinete y su entorno. Según nos cuenta, le decían “Nemen”, hecho que desencadenó su renuncia. Desde cualquier punto de vista, este folletín editado por Atlántida no está ni cerca de ser lo que anuncia y ni siquiera roza el género confesional que suele necesitar cualquier autobiografía que se precie de tal. Con sus permanentes apelaciones a la ingenuidad del lector, Fernando Niembro termina desenmascarándose como un lobo mal disfrazado de cordero. Y, de continuar su bizarra obra literaria, sería deseable que, luego de Inocente (sobre Diego Maradona, con Julio Llinás) y Testigo, se cierre esta trilogía conceptual con un nuevo título que, tal vez, lo explique: Culpable.

1 comentario:

kei dijo...

"Chiche", no tenía este dato... escribió una autobiografia!!!

“Me piden más autógrafos en un mes que a Borges en toda su vida. Seguramente seré olvidado antes que él, pero habré proporcionado miles de veces más felicidad que él a los humildes, Yo soy de los humildes. Y del olvido” jajajajaajajajajajajajajajajajajaja
(que hijo de p...!)

Niembraaa es un idiota "nemenista" y ojalá que nunca trascienda por nada de lo que hizo...

Dan: felicito la inclusión de esta "entrada" para que se acabe la mentira, y que tengas tu propio usuario...

Saludos!