"La compañía inmobiliaria tiene dos empleados absolutamente kafkianos, dos vejetes arrugados y secos, con una profunda frustración de 'juricidad'. Simplemente aman los trámites, se deleitan en ellos, los paladean morosamente, y cuando están concluidos, inventan otros nuevos. Pegar una estampilla en un papel de oficio es para ellos una ceremonia, Colocar un sello, una verdadera emoción estética. Si uno intenta privarlos de esos placeres, lo miran con odio. Tienen una mirada triste y yo he comprendido a qué obedece su tristeza: a tantas cosas que existen en la vida y que pueden realizarse sin trámite".
Carta de Rodolfo Walsh a Poupée Blanchard (su esposa de entonces) desde Río de Janeiro (cuando intentaba establecer allí una corresponsalía de Prensa Latina), el 13 de julio de 1959.
1 comentario:
Muy bueno! El término "kafkiano" parece que nunca va a perder vigencia, por lo menos mientras sigan existiendo especímenes humanos de este tipo. Albricias a los empleados estatales! Vivan, chicos, vivan!
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